El estigma social que rodea a las personas que viven en situación de calle se ve perpetuado por la narrativa única que se utiliza para categorizar su existencia y negar que sean completamente humanos; se les considera ciudadanos de segunda clase que son menos dignos de igualdad de derechos y oportunidades. La discriminación basada en las condiciones de la vivienda se manifiesta en injusticias como negar a las personas el derecho a votar, comprar un seguro, ser elegible para ciertos programas de asistencia, obtener trabajo y solicitar una vivienda.

En Fremont, California, el estigma contra la falta de vivienda ha llevado a la deshumanización flagrante de la comunidad desamparada y a protestas furiosas contra la construcción del Centro de Navegación de Vivienda. El alcance realizado por la ciudad encuentra que las principales preocupaciones para la construcción del Centro de Navegación de Vivienda son el aumento de la actividad delictiva, la influencia del abuso del alcohol y la seguridad de los niños. La narrativa de que las personas sin hogar son delincuentes, alcohólicos, enfermos mentales, peligrosos y anormales es inexacta e injusta; las personas sin hogar son tan complejas, dignas, importantes y humanas como las que viven en casas.

Las apariencias, causas y condiciones de vida de las personas sin hogar son tan increíblemente diversas que los estereotipos y el estigma hacen que muchos sean invisibles. En este proyecto, invitamos a personas tanto alojadas como no alojadas a expresarse frente a la cámara de una manera en la que quieran ser vistos por el público. El estado de la vivienda no define a una persona; cada individuo tiene experiencias humanas tan ricas, historias tan poderosas que sin duda pueden llegar a las profundidades de nuestra humanidad compartida.